Dios:
Gracias por escucharme, incluso cuando solo hablo en silencio.
Gracias, porque cuando no sentía nada, cuando pensé que ya no iba a amar me diste la fuerza para abrirme. Y apareciste en forma en forma de posibilidad: Matt.
No lo pedí perfecto, no lo pedí sin historia. Solo te pedí que fuera alguien bueno, que pudiera quererme y pudiera querer.
Si él no es para mí, confío en ti para apartarlo, pero si lo es, confío en ti para vivirlo con amor, sabiduría y calma.
No quiero amor con miedo, quiero amor con paz. Si Matt es una bendición ayúdame a recibirla sin miedo.
Gracias por no darme respuestas rápidas, sino caminos con señales.
Gracias por enseñarme a sentir otra vez.
Estoy aquí dispuesta a amar, pero sobre todo a amarte a ti también en lo que venga.